La historia, por desgracia, se repitió. España perdió en los últimos segundos la final del Mundial teniendo en su mano la posibilidad de ganar o, como mínimo, forzar la prórroga. Con 29-29 (13-16), y tras un enorme partido entre las españolas y las holandesas, las Guerreras tenían el balón y 20 segundos por delante. 

En ese instante el mister Viver paró el partido pidiendo un tiempo muerto, marcó la jugada definitiva que Alexandrina Cabral se encargó de ejecutar quedando todavía siete segundos del final del encuentro, cuando seguramente lo mejor habría sido apurar la posesión hasta que quedasen un par de segundos. El balón se lo quedó Tess Wester, la portera holandesa que intentó lanzar el contragolpe. En ese momento saltó Ainhoa Hernández con los pies fuera del área, bloquea el tiro, pero las árbitros francesas sentenciaron que la pivote había metido las manos en el área y no dudaron ni un segundo en la decisión: expulsión por roja directa, y penalti. 

Y Abbingh marca el 29-30 con el reloj a cero. Primera medalla de oro para Holanda en su historia, y la plata de decepción para España porque tenía un oro muy merecido en sus manos y una decisión precipitada les privó de esa gloria.